LEONARDO CASTILLO
Nació en Villa Ramallo, Provincia de Buenos Aires, el 21 Julio de 1931. Como lo dice en un poema es un “Hombre desde acá”, lo cual hizo impermeables los conceptos de la gente que le sugería que para triunfar debía instalarse en Buenos Aires. Cuando se le pregunta por sus inicios literarios él se remonta a la escuela primaria, a un libro de cuarto grado, y puntualmente a un cuento que les hizo leer la maestra. Aquella historia escolar se llamaba “Skiold, el rey que vino del mar” y relataba la llegada de un barco a un pueblo sin que de ese galeón bajara nadie. Dice el relato que la gente subió a la embarcación encontrando sólo a un niño muy pequeño que el pueblo adoptó como hijo. Y con los años ese niño se convirtió en rey del pueblo defendiéndolo de los invasores y llevándole prosperidad a sus ciudadanos. Pidió el Rey que al morir lo pusieran otra vez en el barco. Y así fue. Y el barco partió. La historia terminaba allí pero Leonardo supo darle otro final y explicárselo a sus compañeros. Él imaginó que ese barco se fue a otro pueblo, y su protagonista hizo las cosas necesarias para que la gente viva mejor. Fue un lector de amanecidas. Solía desaparecer semanas enteras, fingiendo viajes que no existían. En esas encerronas acumulaba conocimientos y se debatía con libros clásicos y otros más contemporáneos.
Escribió su primer libro publicado, La Magia más Vieja en los nueve días que duró su detención en la comisaría de Ramallo durante la dictadura de Onganía, en 1969. Castillo fue uno de los tantos ciudadanos argentinos que el régimen dictatorial “puso a disposición” del Poder Ejecutivo Nacional. La Magia más Vieja, obviamente es la Libertad. Dos cosas hizo el poeta estando preso: Escribir, y una huelga de hambre. Paradójicamente mientras el Castillo estaba preso escuchaba cómo gritaban y jugaban los niños de la escuela N°1, pegada a la Comisaría y se preguntaba ¿Qué más necesito para ser feliz?
En 1971 participó del Festival Nacional de la Canción, que por primera vez, se realizaba en el marco del Festival de Cosquín, en la provincia de Córdoba. Allí ganó el Primer Premio con el tema “El Potro Mario”, musicalizado por Ángel “Cacho” Ritro, quien fuera integrante del legendario grupo Los Andariegos. Aquí hay que mencionar que con esa canción le ganó a compositores de la talla de Manuel J. Castilla, Armando Tejada Gómez y Ariel Petrocheli entre otros grandes. La canción fue interpretada por César Isella, siendo luego grabada por una gran cantidad de músicos entre los que puede mencionarse a Polo Martínez, Hernán Figueroa Reyes y Víctor Heredia.
En 1972 viajó a México representando a la Argentina en el Festival Internacional organizado por la Confederación internacional de Sociedades de Autores y Compositores. La canción que nos representó fue “Si un hijo quieren de mí”, letra de Leonardo y música de Ángel Ritro. Allí obtuvo el Tercer Premio, resultando luego un clásico grabado por Mercedes Sosa, Los Andariegos, Marián Farías Gómez, Marikena Monti, Ginamaría Hidalgo y otros artistas.
En oportunidad de filmarse la película “Los Gauchos Judíos”, dirigida por el cineasta Juan José Jusid, basada en el libro de Alberto Gerchunof, le es encargado a Castillo la composición de las cinco canciones del film para lo cual debió elaborar las letras en base al guión y a la música que había compuesto para tal fin Gustavo Beytelman. Ginamaría Hidalgo pidió que Castillo fuera el compositor de las canciones porque según ella “No hay quien le cante mejor a la ternura”. Cuatro canciones fueron grabadas por Ginamaría y la quinta fue interpretada por Alfredo Zitarrosa.
El músico chileno Rolando Alarcón se hizo eco de la obra de Leonardo Castillo y editó un disco completo musicalizando La Magia más Vieja, disco al que tituló “Canciones desde una prisión”. Antes del golpe militar de 1976 en Argentina, cuando la Triple A ponía en la lista negra y asesinaba ciudadanos, Leonardo debió partir al exilio, encontrando en España un notable tiempo de composición. A pesar del dolor de las ausencias, pudo reunirse con destacadísimos músicos y escritores haciendo de la palabra un testimonio militante en cuanta oportunidad se presentara. Llegó a compartir escenario entre otros, con Joan Manuel Serrat. En España editó su segunda obra escrita: Un Pueblo sin Medallas, que fuera también traducida al italiano. Mientras tanto el músico argentino Ica Novo editaba un disco que llevó por título el nombre de una de las canciones de Leonardo: “Cuando el hombre va en Camino”.
En España se editó también un disco que Castillo compartió con músicos argentinos y españoles y cuyos derechos fueron donados íntegramente al pueblo de Nicaragua.
En 1984 regresó a nuestro país, con el retorno de la democracia, y desde su vieja casa de Villa Ramallo continuó abriendo espacios y ofreciéndoselos a los demás. Era habitual ver en su casa amparada de ciruelos y de brevas, a los jóvenes que lo visitaban para compartir sus tardes. Dirigió en su pueblo un taller literario que derivó en un libro antológico de todos los integrantes del taller. Se llamó “A las dos de la Tarde”.
En 1995 el pueblo de Ramallo le brindó un merecido homenaje realizándose talleres de plástica, música y literatura en base a su obra y culminando con un recital al que asistieron músicos, escritores y amigos entre los que pueden mencionarse a Los Quilla Huasi, Ica Novo, Anibal Sampayo, Fabián Sosa, Ángel Ritro y Miguel “zurdo” Martínez.
Fue declarado ciudadano Ilustre de Ramallo por iniciativa del gobierno municipal en mayo del año 2004.
Antes de partir, y por iniciativa del entonces Diputado provincial Ricardo Gorostiza, fue declarado Poeta Ilustre de la Provincia de Buenos Aires.
Nos dejó el 15 de Diciembre de 2006 pero vive en sus obras y en la memoria de todos nosotros. En 2014 y por iniciativa de la Cátedra libre Germán Abdala de la Universidad Nacional de La Plata, Leonardo Castillo formó parte de la Galería “Los Artistas del Pueblo”, espacio que comparte con otros grandes hombres y mujeres que han sido coherentes en su vida con lo manifestado en su obra. A raíz de esa iniciativa, y con el aporte de la Municipalidad de Ramallo, surgió la imposición de nombre “Anfiteatro Leonardo Castillo” a un espacio cultural ubicado en la Plaza del estibador, en la tierra de nacimiento del poeta.
Editorial De la Comarca, reunió en un solo libro, sus obras completas, incluyendo “Canon de un extranjero” y las letras de todas sus canciones, rescatando de esa manera la mayor parte de su trabajo creativo.